martes, 13 de febrero de 2007

Camino por recorrer


"Optimista y Soñador"

Ese es el lema que reza la canción de Frank-T de mismo nombre. Digamos que hoy me he levantado, he mirado al espejo y he visto la cara del optimismo.

Quizás no sea especial, pero al menos voy a hacer algo por intentar ser diferente. Hoy voy a cojer ese pedacito de esperanza que brota en mi interior y pienso ayudarlo a crecer y a convertirse en el más robusto de los árboles. Las dificultades en mi vida me han hecho caer y recorrer turbios caminos que me han enseñado a levantarme una y otra vez para regresar al lugar donde me fallaron las fuerzas e intentarlo de nuevo. Con eso me di cuenta que la voluntad con la que nacemos no es suficiente para afrontar nuestros problemas del día a día. Debemos forjarla, moldearla cual acero para que nos sirva de inquebrantable pilar sobre el que apoyarnos cuando no nos quede nada más.

Pero me he dado cuenta de que no sólo basta con la voluntad, pues esta no goza de la "vida" en su más pura expresión y por esto puede parecernos fría y carente de "sentimientos". Estos últimos vienen aportados por nuestra esperanza, esa semilla que brota en nuestro interior cuando creemos que todo está perdido, ese principio que muchas veces hemos rechazado o ignorado por no verle futuro o no creer firmemente en ella, pues se alimenta de nuestros sueños y experiencias vividas, de nuestra felicidad y la creencia de que todo puede ser mejor.

A veces por vernos incapaces de alcanzar nuestras metas, por dar por perdido un sueño, ese pequeño rastro de vida aflorando en nuestro interior se marchita, dando paso de nuevo a una existencia vacía, sumidero de depresiones y conflictos con nosotros mismos que nos hacen ver nuestro ideal de un mundo utópico, que únicamente existe en nuestra mente, como un fin imposible de lograr y del que debemos desistir.

Ese es el mundo en el que todo es perfecto, o mejor debería decir que todo es imperfecto, acorde a nuestra manera de ser, a nuestros gustos. Todo es como nosotros queremos que sea.Adaptamos sus imperfecciones a las nuestras, creando así la idea de felicidad que anhelamos. El primer paso para alcanzarlo es nunca perder la fe en su existencia, sabeer que falta mucho para lograrlo, pero que cada vez que hagamos algo estaremos más cerca, ya habremos recorrido otro pedazo de camino hacia la felicidad.

Para transitar este sendero el único equipaje necesario es la voluntad de inquebrantable acero , para no ceder nunca. Y la pequeña semilla de esperanza que a lo largo de nuestro viaje irá creciendo hasta hechar raíces y crecer para no abandonarnos jamás.


Con esto quiero deciros que no dejeis que se marchite y muera vuestra semilla, que la hagais germinar en vuestros corazones alimentándola cada día con vuestros sueños y anhelos de un mundo mejor e ideal. Buscad en lo más profundo de vostros ese optimismo, ese afán por vivir en las nubes que forman nuestros sueños. Forjad vuestras voluntades con cada tropiezo en el recorrido. Una vez que hayais hecho todo esto, la esperanza ya habrá arraigado en vuestros corazones y nadie podrá arrebatárosla de ahí nunca, pues además gozareis de la voluntad suficiente para no cesar nunca e vuestro empeño por conseguir aquello que de verdad deseais.

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