- Zorra
- ¿Qué quieres ahora?
-¿Qué voy a querer? A veces pareces imbécil.
- A mí no me hables así.
-¡Bah! Déjate de rollos, quítate la ropa.
- No quiero, no me apetece.
- ¿Qué? ¿No te dolerá la cabeza? Jajajaja ...
- Pues ahora que lo dices sí, pero no lo dije porque sabría que dirías eso.
- Si, ya. Tú siempre lo sabes todo.
- Oh! Déjame, quiero dormir. Mañana trabajo ¿sabes?
- Si, perdona, es que a veces me olvido de tu gran empleo. ¿Qué prefieres depilar las ingles o peinar a viejas roñosas llenas de caspa?
- No hables así de mi trabajo, para empezar es el que nos da de comer y no tiene nada de malo. Tu ni siquiera haces nada, te pasas la vida tirado en el sofá diciendo gilipolleces.
- Es que el mundo es una mierda, nena. La gente no me comprende. ¡Esos malditos capullos deberían estar todos besándome el culo!
- Joder, no empieces otra vez. Cállate. Tengo sueño.
- A mí no me hables así.
- Ah! Para! Quita la mano de ahí. Estoy hablando en serio.
- No.
- ¿Que parte de "No quiero" no entendiste?
- No sé. Luego si quieres analizamos la frase.
- Mierda. ¡Saca!
- No. Esta noche eres mía. Zorra.
- Oh! Otra vez no, "soy tuya todas las noches". Puede que tú no tengas que trabajar y no estés cansado. ¡Pero yo si!
- No digas eso nena. Si tu también quieres. Llevo toda la tarde pensando en ti.
- Pues hazte pajas ¿A mi que coño me dices?
- No teniéndote a ti en casa.
- Ya, si. Que bonito.
- ¡Cállate y bésame, zorra!
martes, 8 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario